¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?
El autismo es un grupo de trastornos del neurodesarrollo, a los que se llama colectivamente trastornos del espectro autista (TEA). El término “espectro” se refiere a la amplia gama de síntomas, habilidades y niveles de discapacidad que pueden tener los niños con TEA. Algunos padecen un deterioro leve, mientras que otros están gravemente discapacitados.
El TEA se diagnostica de acuerdo con las pautas mencionadas en el Manual Diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales, 5º Edición (DSM-V).
El manual define el TEA en 3 grados de severidad (grados I-II-II).La gravedad se basa en la intensidad de deterioro en las áreas de comunicación social y en el área de patrones de comportamiento restringidos y repetitivos
¿Cuáles son los síntomas del TEA?
Los síntomas del trastorno del espectro autista (TEA) varían de un niño a otro pero, en general, se encuentran dentro de tres áreas:
- Deterioro de la actividad social y la comunicación.
- Intereses restringidos.
- Conductas repetitivas y estereotipadas.
Los niños con TEA no siguen patrones típicos al desarrollar sus habilidades sociales y de comunicación. En general, los padres son los primeros en notar conductas inusuales en sus hijos. Con frecuencia, ciertas conductas se vuelven más notorias al compararlos con niños de la misma edad.
En algunos casos, los bebés con el TEA pueden parecer diferentes muy temprano en su desarrollo. Aun antes de su primer cumpleaños, algunos bebés se concentran excesivamente en algunos objetos, rara vez establecen contacto visual y no pueden entablar el juego típico de vaivén ni balbucear con sus padres. Otros niños pueden desarrollarse normalmente hasta el segundo y aun hasta el tercer año de vida, pero luego comienzan a perder interés en los otros y se tornan silenciosos, retraídos o indiferentes a las señales sociales. La pérdida o inversión del desarrollo normal se llama regresión y ocurre en algunos niños con el TEA.
1- Deterioro de la actividad social:
La mayoría de los niños con el TEA tienen problemas para las interacciones sociales diarias por lo que algunos niños con el TEA pueden:
- Hacer poco contacto visual.
- Tienden a mirar y escuchar menos a la gente en su entorno o no responder a otras personas.
- No buscan compartir su gusto por los juguetes o actividades, señalando o mostrando cosas a los otros.
- Responden inusualmente cuando otros muestran ira, aflicción o cariño.